Hay un término que se conoce como ‘síndrome de la hoja en blanco’. Probablemente te ha pasado, sobre todo si estás en la búsqueda de nuevas ideas, nuevos negocios o nuevas formas de emprender. Este “síndrome” se caracteriza por la sensación de no saber cómo empezar a escribir; tienes un documento en blanco y te enfrentas a él porque te bloqueas y no sabes qué palabra escribir primero.
Algo como esto es lo que pasa cuando te enfrentas a la creación de una idea de negocio. Comenzar siempre es el paso más complejo, esa “hoja en blanco” es la que hoy queremos ayudarte a rayar para que el primer paso no sea eso que te limite a empezar.
Recuerda, los pasos a continuación son sobre todo consejos, si crees que en tu caso personal sirven otros métodos, ¡ponlos en marcha! Tú conoces tu entorno, tu negocio y a ti mismo más
Busca un problema y plantéale una, o varias, soluciones
Dado que estás leyendo esto, podemos suponer que tienes algún problema rondando en tu cabeza, ha de ser el motivo por el que estás buscando generar una idea de negocio innovadora. Pues bien, lo clave realmente no es tanto el problema, sino la solución (aplica para la vida y para el negocio). Escribe formas que creas que puedan ser convenientes para solucionar ese problema.
Haz una lista de ideas locas
Este paso está ligado al anterior pues eso que escribas queremos que sean ideas o soluciones descabelladas. ¡Ni el cielo es el límite! No importa qué tan descabellada sea la solución, después nos ocupamos de aterrizarlas. El propósito de este paso es examinar todas las posibilidades, lo cierto es que si te lo puedes imaginar es probable que lo puedas hacer, que sea fácil o menos fácil es otra cosa.
Las ideas más innovadoras y creativas suelen venir de soluciones raras y fuera de lo común porque precisamente son aquellas que nadie se ha atrevido a proponer o a llevar a cabo. Si tu idea es lo suficientemente innovadora, seguro estarás a la vanguardia en el mercado.
Aterriza esas ideas y define qué quieres lograr
Momento de sentar cabeza y hacer un chequeo de realidad. De esa lista de soluciones que escribiste, clasifica las que ves más viables de llevar a cabo ahora de las que ves menos viables. OJO no estamos diciendo que las menos viables sean desechadas, simplemente serán postergadas para cuando tengas los recursos para hacerlas realidad.
Una vez las clasifiques, define qué quieres lograr con esas soluciones: ¿darles a tus clientes un producto increíble que sea sostenible para el medio ambiente? ¿Ser esa marca a la que siempre se dirigen cuando necesiten cubrir una necesidad puntual? ¡Tú dinos! Lo importante es que lo definas y lo tengas claro porque así sabes cuál es tu objetivo
Haz un trabajo de búsqueda o benchmark
Es clave saber qué servicios o productos ya ofrece el mercado. Fíjate sobre todo en aquellos que son exitosos, mira cómo es su página web, su servicio al cliente, la forma como muestran sus productos o servicios, los precios, ¡todo! Haz una evaluación minuciosa de otros negocios y mira qué valor agregado podrías tener tú y qué buenas prácticas estaría bueno imitar.
Habla con tu público objetivo
Cuéntales de tu idea y pregúntales qué les gustaría encontrar. Una idea de negocio innovadora se nutre a partir de las necesidades del usuario o el público. Saber qué están buscando las personas es una gran pista para empezar a crear y para darle el tiro en el blanco cuando eches a andar tu idea.
La creatividad es todo un tema y llegar con ideas de negocio innovadoras no es tarea fácil, pero, así como los músculos del cuerpo, la creatividad también se ejercita y se pone en práctica hasta que dominas el tema por completo, nada más cierto que el dicho de “la práctica hace al maestro”. ¡Sé el maestro que quieres ser! Y recuerda que en Treinta siempre estaremos para asesorarte con tu primera idea o ese primer paso que quieras dar.
Si todavía tienes dudas sobre como empezar, te invitamos a leer nuestro artículo de cómo perder el miedo a emprender.